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El hombrecito vestido de gris – Mediateca de Alejandría
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El hombrecito vestido de gris


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Durante el mes de Diciembre todos los grupos de 1º de ESO habrán pasado con sus profes de Lengua por la mediateca para realizar un taller sobre «El hombrecito vestido de gris». Este cuento, escrito  por Fernando Alonso, recibió el Premio «Lazarillo» en 1977 y  ha sido seleccionada en 2000 como una de las cien obras de la Literatura Infantil Española del Siglo XX.

Publicamos el cuento que hemos leído en la mediateca. Todos los alumnos  trabajaron por grupos su propio final, antes de leer el que el autor nos propone en la obra original.

Había una vez un hombre que siempre iba vestido de gris. Tenía un traje gris, tenía un sombrero gris, tenía una corbata gris y un bigotito gris.
El hombrecito vestido de gris hacía cada día las mismas cosas.
Se levantaba al son del despertador.
Al son de la radio hacía un poco de gimnasia.
Tomaba una ducha, que siempre estaba bastante fría; tomaba el desayuno, que siempre estaba bastante caliente; tomaba el autobús, que siempre estaba bastante lleno; y leía el periódico, que siempre decía las mismas cosas.
Y todos los días, a la misma hora, se sentaba en su mesa de la oficina.
A la misma hora.
Ni un minuto más. Ni un minuto menos.
Todos los días, igual.
El despertador tenía cada mañana el mismo zumbido.
Y esto le anunciaba que el día que amanecía era exactamente igual que el anterior.
Por eso, nuestro hombrecito del traje gris, tenía también la mirada de color gris.
Pero nuestro hombre era gris sólo por fuera.
Hacia adentro… ¡un verdadero arco iris!
El hombrecito soñaba con ser cantante de ópera.
Famoso.
Entonces llevaría trajes de color rojo, azul, amarillo… trajes brillantes y luminosos.
Cuando pensaba aquellas cosas, el hombrecillo se emocionaba.
Se le hinchaba el pecho de notas musicales, parecía que le iba a estallar.
Tenía que correr a la terraza y…
-¡Laaa-lala la la la laaa…!
El canto que llenaba sus pulmones volaba hasta las nubes.
Pero nadie comprendía a nuestro hombre.
Nadie apreciaba su arte.
Los vecinos que regaban sus plantas, como sin darse cuenta, le echaban una rociada con su regadera.
Y el hombrecito vestido de gris entraba en su casa, calado hasta los huesos.
Algún tiempo después las cosas se complicaron más.
Fue una mañana de primavera.
Las flores se despertaban en los rosales.
Las golondrinas tejían en el aire maravillosas telas invisibles.
Por las ventanas abiertas se colaba un olor a jardín recién regado.
De pronto, el hombrecito vestido de gris comenzó a cantar:
-¡Granaaaaaadaa…!
En la oficina.
Se produjo un silencio terrible.
Las máquinas de escribir enmudecieron.
Y don Perfecto, el Jefe de Planta, le llamó a su despacho con gesto amenazador.
Y, después de gritarle de todo, terminó diciendo:
-¡Ya lo sabe! Si vuelve a repetirse, lo echaré a la calle.
Días más tarde, en una cafetería, sucedió otro tanto.
El dueño, con cara de malas pulgas, le señaló un letrero que decía:
Se prohibe cantar y bailar
Y lo echó amenazándole con llamar a un guardia.
Nuestro hombre pensó y pensó.
¡No podía perder su empleo!
Tampoco quería andar por el mundo expuesto a que lo echaran de todas partes.
Y, al fin, se le ocurrió una brillante idea.
Al día siguiente, fingió tener un fuerte dolor de muelas.
Se sujetó la mandíbula con un pañuelo y se fue a su trabajo.
Así no podría cantar.
¡Aunque quisiera!
Y día tras día, año tras año, estuvo nuestro hombrecito, con su pañuelo atado, fingiendo un eterno dolor de muelas.

La historia termina así.
Así de mal. Así de triste.
La vida pone, a veces, finales tristes a las historias.
Pero a muchas personas
no les gusta leer finales
tristes; para ellos hemos
inventado un final feliz…

Pero, nuestro pobre hombrecito, merecía que le dieran una oportunidad.
Así que…
Cierto día, conoció a un director de orquesta.
Y éste quiso oírle cantar.
El hombrecito, muy contento, pero con un poco de miedo, salió al campo con el director de orquesta.
Y allí, rodeados de flores y de pájaros, nuestro hombrecito se quitó el pañuelo y cantó mejor que nunca.
El director de orquesta estaba tan entusiasmado que lo contrató para inaugurar la temporada del Teatro de la Ópera.
Y la noche de su presentación, que se anunció en todos los periódicos, don Perfecto, el Jefe de Planta, los vecinos que le habían regado, el dueño de la cafetería y todos los que le habían perseguido con sus risas, hicieron cola y compraron entradas para oírle cantar.
Y asistieron al triunfo del hombrecito.
Y el hombrecito quemó todos sus trajes y corbatas de color gris.
Tiró por la ventana el despertador.
Se afeitó el bigotito de color gris y nunca, nunca más, volvió a tener la mirada de color gris.
¿FIN?

 

Invitamos a todos los grupos a que suban en esta página los finales que han inventado para esta historia.

11 comentarios

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    • Carla Jimenez el 11 enero, 2016 a las 2:30 pm
    • Responder

    «Un día, mientras el hombrecillo estaba en la oficina , se le empezó a romperse en pañuelo.
    Y empezó a cantar y a cantar con mucha energía , si poder parar .Don perfecto , el director de la empresa , se dirigió al hombrecillo gris muy enfadado y le despidió .Salio a la calle todavía cantando y todo lo gris de la ciudad empezó a coger colores muy llamativos .Un famoso productor le oyó cantar y le encantó su voz .Asi que le contrató para cantar en grandes escenarios y muy pronto el hombrecillo soñé hizo muy famoso .
    Nunca más volvió a vestir de gris , ni a tener una vida gris»
    Hecho por: Carla, Paula, Ángela y Alicia
    1º ESO A.

    • PABLO ORTIZ RIVERA el 11 enero, 2016 a las 5:14 pm
    • Responder

    El hombrecillo vestido de gris se cansó de fingir el dolor de muelas,se quitó el pañuelo rojo y,sin querer,empezó
    a cantar.
    como salio un buen día,el hombrecillo vestido de gris salió a dar un paseo por el parque y le encontraron ganas
    de cantar.
    Empezó a cantar y cantar,pero cuando se quiso dar cuenta,todo el mundo le estaba mirando con cara sorprendida y había un productor entre ellos al que como a todo el mundo ,le gustó cómo cantaba el hombrecillo,todo el mundo le empezó a aplaudirle y el productor , al darse cuenta del éxito que tenía le quiso contratar.El hombrecillo vestido de gris se hizo muy famoso y se empezó a vestirse de otros colores.

    11/01/2016 Laura.B Celia.S Javier.M Pablo.O

    • PABLO ORTIZ RIVERA el 11 enero, 2016 a las 5:19 pm
    • Responder

    Un buen día,el hombrecillo vestido de gris se cansó de fingir el dolor de muelas,se quitó el pañuelo rojo y,sin querer,empezó a cantar.
    Como amaneció un buen día,el hombrecillo vestido de gris salió a dar un paseo por el parque y le entraron ganas de cantar.
    Empezó a cantar y cantar,pero cuando se quiso dar cuenta,todo el mundo le estaba mirando con cara sorprendida y había un productor entre ellos al que ,como a todo el mundo ,le gustó cómo cantaba el hombrecillo;todo el mundo le empezó a aplaudirle y el productor , al darse cuenta del éxito que tenía, le quiso contratar.El hombrecillo vestido de gris se hizo muy famoso y se empezó a vestirse de otros colores.

    11/01/2016 Laura.B Celia.S Javier.M Pablo.O- 1º E.S.O. A

  1. «El hombrecillo estaba cansado de llevar aquel pañuelo en la cabeza. Así que un buen día se fue al campo, empezó a cantar, gritar, y no dejó de cantar y de gritar hasta que se quedó sin voz. Entonces, regreso a casa.
    A la mañana siguiente, se fue a la tienda de la esquina y se compró unas botas naranjas, unos pantalones amarillos, una camisa roja y un sombrero a rayas de colores. Se fue a la oficina y, mientras cantaba, dejó el trabajo. En la plaza que había enfrente, puso su sombrero en el suelo y empezó a cantar con todas sus ganas.
    A partir de ese momento toda su vida cambió y se hizo cantante

    • Héctor Almarza el 11 enero, 2016 a las 7:02 pm
    • Responder

    Un día como otro cualquiera, el hombrecillo decidió vestirse con ropa de color. Cuando llegó al trabajo su jefe le preguntó: «¿porque hoy te has vestido así?». » He decidido que tengo que ser yo mismo» contestó «Y si no le gusta… allá usted». El hombrecillo fue despedido de su trabajo, era obligatorio vestir de gris y se puso a cantar por la calle de los triste que estaba. Estaba lloviendo tres calles mas abajo, se encontró a un señor que le estaba mirando y que le dijo: «magnífico… su voz es preciosa, ese sentimiento de melancolía se nota en su voz porque usted esta tan triste, con lo bien que canta». » Me han despedido por cantar y vestir de color», entonces, el señor le dijo; «estas de suerte, soy un famoso productor musical y parece que tiene un don para ésto, pero ya que todo se puede mejorar, te voy a pagar una escuela de música». El hombrecillo estaba tan feliz, aunque nadie que le conocía supo nunca nada mas de él porque se fue a otro país y no mandó noticias de lo que hacía. La mayoría de la gente del pueblo, sabía que le había pasado algo bueno. Uno de sus compañeros de trabajo escuchó su voz por la radio.
    Realizado por:
    Carlos, Héctor, Pablo y Alberto

    • Paula Charcán el 11 enero, 2016 a las 8:35 pm
    • Responder

    Un día, el hombrecillo, deseando volver a cantar, se quitó el pañuelo y se animó a buscar un trabajo como cantante, pero no encontró ninguno. U día, en un giro de los acontecimientos, un familiar le consiguió una entrevista con el representante de la ópera. Este le ofreció un papel como sustituto en una de las mejores óperas de Europa. En una de las actuaciones el cantante principal se dejó la voz, por fin el hombrecillo podría brillar como una estrella. Salió al escenario con un traje dorado y se lució delante de todas aquellas personas que no habían creído en el.

    11/01/2016 Álvaro.F, Eduardo.J, Tatiana. D, Victor.A, Paula.C 1º A E.S.O.

  2. -Iba de camino al supermercado en coche y encendí la radio, en la primera emisora, hablaban de fútbol pero a mi no me gustaba así pues la quite y puse otra,estaba hablando un locutor sobre la música, era muy interesante. Al fin llegué a mi casa después de comprar, pero seguí escuchando aquella emisora, en la ducha, en la cocina…. y hasta en mi cama.
    La radio la escuchaba día a día y además de hablar de este arte también reproducían canciones de jazz, pop, ópera, reaggae… Tenía claro que sin la música la vida hubiera sido un error.

    • alvaro pozuelo el 15 enero, 2016 a las 8:15 pm
    • Responder

    los años pasaron y el hombrecillo se hartó de estar toda la vida haciendo lo mismo: sin salir a pasear, o cantar…
    por fin,un dia se quito el trapo de la cabeza y llamo a su jefe y le dijo que quería dejar el trabajo.
    paseando largo rato por la calle y paro en un restaurante para comer.
    allí estaba tocando un grupo y, al escuchar la música, el hombrecillo empezó a cantar.
    cuando termino la gente aplaudio.
    el violinista le pregunto si quería se el cantante.
    el hombrecillo acepto la petición .
    a partir de ese momento, el hombrecillo fue muy feliz cantando en aquel restaurante.

    FIN

    • Marina rodríguez el 17 enero, 2016 a las 1:27 pm
    • Responder

    El hombrecillo vestido de gris se de prime tanto que deja de hacer su rutina diaria: ir al trabajo, bajar a la cafetería, hacer deporte por las mañanas, etc. pasado el tiempo, el hombrecillo, echado en la cama, pensativo,deprimido,sigue sin acudir a trabajar ni a bajar a la cafetería y con el pañuelo atado para evitar cantar.
    el jefe y sus compañeros se preocupan y se ponen a pensar como compensarle por lo que habían dicho el día que había cantado.
    al día siguiente los compañeros y el jefe prepararon una canción llena de alegría y color con el ritmo que tarareaba el hombrecillo vestido de gris cuando trataba de cantar.
    finalmente,el hombrecillo se puso tan contento que empezó a vestirse de más colores y a cantar todos los días en el trabajo,donde estuvo permitido a partir de entonces.

    1701/2016 Noa,Caye,Ágel,Noelia,Marina 1ºB E.S.O.

    • CRISTINA CARRASCO el 17 enero, 2016 a las 9:47 pm
    • Responder

    Un día, se levanto y, en la emisora de radio que solía escuchar, anunciaron un cambio de alcalde. Poco tiempo después, empezaron a notarse cambios importantes. La ciudad se lleno de colores y había megáfonos por todas partes. El hombrecillo de gris se sorprendió, no entendía por que tantos megáfonos. El siguió haciendo el recorrido de siempre a la oficina. Cuando llego, se puso a trabajar como un día normal. Pasaba el tiempo, tic-tac, tic-tac… Llegaron las doce, y de repente, sonó por megafonía una canción de opera maravillosa. Nadie se explicaba por que, el hombrecillo estaba contento pero a la vez confuso. Entonces, se quito el pañuelo de la boca y comenzó a cantar como si no hubiera un mañana, por lo tanto, el jefe le hecho. Al salir a la calle y ver todo tan colorido, el hombrecillo pensó que habitando en una ciudad tan colorida no podía vestir de gris, por lo tanto, se compro un traje precioso y colorido. De repente, apareció un manager de uno de los cantantes mas famosos del mundo y le dijo al hombrecillo que quería representarle. El hombrecillo, loco de felicidad, acepto la propuesta, firmaron un contrato y fueron a preparar su primer single. Unas semanas mas tarde, cuando el hombrecillo salia a la calle, todo el mundo le hacia fotos y le pedía autógrafos. Su antiguo jefe pensó que si le re-contrataba la empresa subiría económicamente, pero el hombrecillo se negó. desde ese momento decidió llamarse Marco y comenzó a vivir una vida fantástica gracias a su carrera artística día tras otro.
    Alvaro Pe, Cristins, Guillermo, Javier y Sara S 1ESOB

    • Angela Fernandez el 1 febrero, 2016 a las 7:03 pm
    • Responder

    los relatos son muy chulos, bonitos y divertidos ¡me encantan!

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